lunes, 3 de febrero de 2014

"Tregua" 151 de 365: mecedora de ébano (parte 1 y 2)

Como envuelto en un arduo tiritar,
el anciano mueble oscilaba,
crujiendo su bisagras de metal;
murmurando aunque nadie escuchara.

Pocos pudieron llegar a observar
el raído asiento que ostentaba,
pues al enser hubieron de ocultar,
y cubierto fue bajo una manta.

Pero mi mano incauta desvistió
aquel extrañísimo objeto
que, más que proveer algún resquemor,
a sentarme me indujo su eco;

surgido espontáneamente, allí,
bajo la bóveda de granito
que mi itinerario vio transcurrir,
pues ya llevaba días perdido.

Se balanceaba, impasible,
mas las astillas de sus entrañas
comenzaron de pronto a crepitar
y entonces ya no pude hacer nada.

Cual vela que se funde en cera,
me derretía en su respaldo:
mi piel se impregnaba en su madera,
mis entrañas se iban calcinando.

No tardó en volver a acunar, mansa,
su tibio movimiento, pues soy yo
aquél que hace oscilar su estampa,
meciendo por siempre esta maldición.

Mecedora de ébano, atrapas
el aquelarre de oscuro credo,
pues es mi ánima la que plasma
esta rúbrica en tu reverso.

2 comentarios: