lunes, 30 de septiembre de 2013

"Tregua" 27 de 365: Carretera solitaria

Carretera solitaria by Gabriel Fernández García on Grooveshark

¡Hola a todos! Os dejo aquí un tema que acabo de grabar en dos pistas de guitarra eléctrica. Mañana seguiré subiendo treguas para poder actualizarlas a tiempo y salvar el desfase diario en cuanto me sea posible. ¡Nos vemos!

"Tregua" 26 de 365: fugaz paso

Aguarda un último instante, en el amanecer de nuestros pensamientos. Espera a que el alba surja nuevamente, incansable esclavo de la luz, para comenzar nuestro viaje. Recuerda que nunca somos lo que siempre hemos querido ser, y siempre seremos algo de lo que nunca deseamos formar parte. El mañana todavía se ve lejano, pero solemos olvidar que el comienzo del futuro reside en el día de hoy. Pase lo que pase, todo quedará suspendido temporalmente en el hilo de nuestra memoria, como la efímera vida de la vela que pronto se consumirá, y nuestros pasajeros e irracionales vaivenes se perderán como una gota de lluvia que se cae sobre el mar.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

"Tregua" 25 de 365: compañera

Una nube oscura se desliza
ocultando a la luna, compañera
en todo aquel viaje y consigna
del que uno, al fin, desespera.

Canté con ella una triste canción,
dormí en su recuerdo imborrable.
Pierdo su voz en cada amanecer,
y en la noche... Vuelve a abrigarme.

martes, 24 de septiembre de 2013

"Tregua" 24 de 365: Howard Black (parte 5)

Howard Black corrió lejos, donde John Hallen no pudiera alcanzarle de ningún modo. Howard no dudaba de la sinceridad de John, y por ello en ese momento comenzó a plantearse de nuevo una escabrosa cuestión: ¿Quién le había liberado de su cautiverio en prisión, y se había retirado antes de ser descubierto y qué motivos tenía? ¿Qué clase de relación guardaba con él? ¿Acaso actuó bajo órdenes de alguien, o por su propia iniciativa?

El hecho de que alguien hubiera liberado anónimamente a un asesino para liberarlo de su pena de muerte, cuando la opinión pública se solía volcar en contra de tales delincuentes, era demasiado extraño, y Howard no conocía a su familia, pues se había criado en míseros orfanatos tras ser abandonado siendo un bebé, y era prácticamente imposible que cualquier hipotético familiar pudiera saber de su existencia.

Mas aún sumido en estas cavilaciones, todavía seguía inmerso en el ansia de venganza que había brotado de su frustración ante la frivolidad de aquellos que le condenaron, y se dirigía a los Reales Tribunales de Justicia, donde se había dictado la fatídica sentencia, para rendir cuentas ante aquellos que planearon su ejecución. Callejeó por las oscuras calles, silencioso, pero veloz y decidido, hacia su destino. Cuando ya estaba cerca de allí, en un callejón oscuro comprobó que, efectivamente, todavía guardaba el afilado cuchillo que sustrajo a John Hallen cuando éste, distraído, hablaba con él. Howard consideraba que John era un buen hombre; le había ayudado a escapar cuando aquellos policías a caballo se dirigían hacia él, y comprendía su vida y su situación, aunque no su más que justificado anhelo de librar a su pueblo de aquellos que con su absurda e hipócrita moral traducida en leyes abusivas y punitivistas se permitían borrar del mapa a pobres infelices sin conocer sus situaciones ni motivos.

Pronto llegó al edificio en el que pretendía entrar furtivamente. Increíblemente, no había guardias en la entrada, por lo que aprovechando la oscuridad, Howard comenzó a perderse, envuelto en su oscura vestimenta, por los pasillos de aquel enorme inmueble, pues no le costó demasiado trabajo forzar la cerradura de una puerta secundaria: en su infancia en los orfanatos había conseguido mucha habilidad en la técnica de abrir candados y puertas cerradas. Los vigilantes, que evidentemente se encontraban armados, no se percataron de su presencia, pues ésta casi era inadvertible. Con extremo sigilo, pudo encontrar casi intuitivamente la puerta entreabierta de la sala donde fue juzgado.

lunes, 23 de septiembre de 2013

"Tregua" 23 de 365: añorado sosiego

¡Hola a todos! hoy os traigo una canción que he grabado hoy en dos pistas de guitarra española, se titula "añorado sosiego", espero que os guste. ¡Hasta mañana!


Añorado sosiego by Gabriel Fernández García on Grooveshark

domingo, 22 de septiembre de 2013

"Tregua" 22 de 365: frágil vela

Apaga la frágil vela
que mis estancias ilumina
y escúchame, ahora que
la oscuridad nos cobija.

En esta noche sin luna,
esclavo de tu ausencia,
preso de mi cordura,
fugitivo de la demencia,

estas líneas escribo
a tu indeleble recuerdo,
aquel que tanto añoro
y que cada día pierdo.

sábado, 21 de septiembre de 2013

"Tregua" 21 de 365: nuestra lucha

Desde mi alejado asiento de este aciago teatro contemplas la dantesca obra en la que nos hallamos inmersos, y allí permaneces, inmóvil, impasible ante nuestro infortunio. Cómodo, ríes con frivolidad, contemplando nuestra cautividad en este reino de engaños y mentiras. No esperaremos a mañana para asaltar tus murallas, y acabar con la impunidad que hemos soportado por tus inmundicias. Estamos atrapados, pero nuestras manos atadas no nos impiden ver: y no esperaremos tácitamente a que lo que se cierne ante nosotros nos destruya. Por lo que blande tu espada, antes de que te consumas en nuestra lucha.

viernes, 20 de septiembre de 2013

jueves, 19 de septiembre de 2013

"Tregua" 19 de 365: irreal recuerdo

Toma en tu legado esta súplica
y concédeme un último deseo
antes de aquí plasmar mi rúbrica
y quitarme este engañoso velo.

Agarro aquellos granos de arena
en mi puño que antaño huyeron.
Hoy cautivos, no podrán escapar
de tus puñaladas a destiempo.

Mas pronto volverá a amanecer
Y retomaré mi crudo encierro.
¿No me concederías descender
a tus valles teñidos de negro?

Donde nada es lo que parece ser,
y nada parece ser más bello
que el irreal recuerdo que una vez
poseí cual soñador su sueño.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

"Tregua" 18 de 365: 2

Tiempo para reír, tiempo para pensar, tiempo para escuchar, tiempo para olvidar y otras veces soñar. Ha habido tiempo para todo, y para el que nos resta, no vale un “Dios dirá”. Nunca tenemos en mente lo que realmente queremos, pero el ayer nos susurra, en voz muy baja, lo que no deseamos y de lo que carecemos. Y no deseo perderte, y carezco de la imaginación necesaria para escribir mis líneas omitiendo a alguien tan importante como tú.

El futuro se asienta sobre los cimientos del presente, y utilizará el pasado como nota de recomendaciones para circunstancias venideras. Y no, no creo que deba quemar esa nota y olvidar todo aquello que he vivido junto a ti, porque formas parte de mí, parte esencial e inalienable de mi pensamiento y persona. Eres la melodía que da fuerza a mi canción, el capítulo final de todas mis historias, el verso oscuro que atrapa al bello poema, el final y el comienzo de mis caminos.

¿Cómo no temer perderte en este laberinto infausto, cuando tu sola ausencia conlleva el lúgubre recuerdo de mis horas vacías? ¿Cómo no sufrir cuando aquél me golpea y me separa de mí mismo y de ti? ¿Cómo no tambalearme cada vez que me alejo, y nuevamente regresas a mi vera? Eres la melodía que da fuerza a mi canción, el capítulo final de todas mis historias, el verso oscuro que atrapa al bello poema, el final y el comienzo de mis caminos.

martes, 17 de septiembre de 2013

"Tregua" 17 de 365: Howard Black (parte 4)

-Debes saber, John, que todavía no tengo recuerdo alguno de aquellos crímenes que al parecer, pudiera haber cometido.
-Asesinaste matrimonio de clase acomodada en cuya casa servías, pues sus malos tratos hacia ti aumentaron desconsideradamente, y tras un día de burlas infames e humillaciones, encolerizaste y acabaste con su vidas.
-No puede ser, debería tener una mínima noción de todo ello...
-Howard, tras cometer aquellos horribles actos subconscientemente bloquease esos recuerdos, y entraste en una espiral de locura y delirios en tus meses en prisión, pues la verdad era desproporcionadamente cruda como para aceptarla.
-Y ahora... ¿Ahora qué debo hacer? ¿Cómo piensas ayudarme? Y lo que es más importante aún... ¿Aseguras que todavía te apiadas de mí? Me hallo en un mar de confusión.
-Yo te ayudaré a eludir la pena capital que se cernía sobre ti, pues comprendo que tu vida ha sido un cúmulo de sufrimiento y desgracias, y no has podido huir del resentimiento y la rabia, que desencadenaron tus cruentos actos.
-Creo que tienes razón... No soy merecedor de que me arrebaten la vida, vida que me ha tratado con penurias y daños incomparables, y que por ello he terminado de esta manera. Me parece que esa asquerosa élite que se permite el lujo de aniquilar a pequeños diablos son verdadera escoria de nuestra sociedad. Y no deberían decidir en esas circunstancias, siquiera deberían estar ahí... ¡siquiera existir!.
-Howard, sinceramente, tampoco debemos extralimitarnos en nuestras cavilaciones, solo buscamos ponerte a salvo.
-¡Silencio! Desde ahora olvidaré mi apacible actitud ante las injusticias que he vivido, pues ya no aceptaré pasivamente que esos gusanos exterminen a aquellos que les molestan en su lujuriosa y opulenta vida. Iré a buscar a aquellos que pretendían acabar conmigo, aquellos que mancillando el nombre de la justicia acabaron con ella misma.
-¡Si los matases, solo estarías realizando los mismos propósitos que contigo tenían!
-¡No, pues mi venganza busca acabar con el despiadado abuso que se produce cuando un cúmulo de peces gordos ejecutan individuos cuyos actos han sido condicionados desde el principio por sus míseras y tristes existencias rodeadas de brutalidad!
-¡Howard, no te puedo seguir en ese camino que pretendes tomar!
- Necio... ¡No me comprendes! ¡Daré fin a las vidas de aquellos que sin conocerme, me condenaron sin reparo!

Y sin mediar otra palabra, Howard Black abandono rápidamente las estancias en que se encontraban con el fin de que John Hallen no pudiera seguirle en su huida, ni en su vehemente empresa; y cobijado por el manto estrellado, partió velozmente, inmerso en sus maquinaciones, sin que John pudiera seguir alcanzar ni apenas perseguir a aquella sombra oscura que se perdía en las calles del Londres nocturno. Éste quedó, pues, sumido en profundas preocupaciones, pues aquello alteraba alarmantemente su plan. Si Howard llegase hasta aquel que promulgó el dictamen de su ejecución, todo podría trastocarse.

lunes, 16 de septiembre de 2013

"Tregua" 16 de 365: mi desdicha

Si me abrazara al desconsuelo
y se apagara la llama
que ilumina nuestros días

desearía no haber fallado
en mitad de aquella contienda,
que nuestros muros demolía.

Al fin, tras ser hoy derrotado,
vuelves a ser quien me espera
escapando de mi desdicha.

domingo, 15 de septiembre de 2013

"Tregua" 15 de 365: Howard Black (parte 3)

¡Hola a todos! Con esta decimoquinta tregua saldo el "desfase" de treguas que he tenido estos días en los que no he tenido internet y apenas tiempo. Siempre que esté a mi alcance subiré una tregua diaria, pero no puedo prometer que lo haga siempre, aunque luego me "reenganche", pues muchas veces el tiempo para dedicarme a realizar una tregua es escaso o nulo. La posibilidad de hacer una tregua más trabajada al día siguiente es más aceptable para mí que una chapuza de dos minutos, por mucho que se quebrante la esencia de la publicación diaria. No obstante, me esforzaré para que ello tenga que suceder lo menos posible y reitero mis disculpas por no haber subido nada estos cinco días, confío en que no vuelva a tener ningún tipo de impedimento. ¡Hasta mañana!


-Soy John Hallen, y te ayudaré a escapar de las autoridades porque, sinceramente, creo que no mereces un castigo como el que se te va a imponer. La sociedad te ha juzgado, pero toda la infancia y juventud que has pasado han provocado que más tarde cometieras las atrocidades por las que se te acusa.
-¡Por favor, dime qué está pasando! ¡No entiendo nada, y no conservo apenas recuerdos desde que he despertado de meses de delirios, hace escasas horas!
El señor Hallen, con un rostro profundamente preocupado, entregó a Daniel un periódico nacional, cuya portada confirmó todas las terribles sospechas.
-¡Yo no pude matar a aquellas personas! ¡Cómo podría haber olvidado algo así! ¡No recuerdo si quiera haber trabajado para ellos!- gritó Howard, que había palidecido.
-Howard, no recuerdas nada relacionado con ello porque tu subconsciente bloqueó todos esos macabros sucesos que protagonizaste para protegerte, pues no pudiste aguantar los meses que has estado en cárcel la culpabilidad que te atenazaba y caíste en una espiral de delirios de la que nadie se preocupó de rescatarte. 
Debes saber la verdad, porque si quiero ayudarte es totalmente necesario.
-¿Y cómo escapé de la cárcel?
-Yo no te ayudé a hacerlo. Fue la noticia de tu huida la que me dio el coraje de ir a buscarte, y tuve la feliz casualidad que encontrarte antes que la policía. Alguien, el cual deduzco que no tenía el menor interés en que lo recordaras, fue el que posibilitó que cesara tu encierro.

"Tregua" 14 de 365: Howard Black (parte 2)

Howard permaneció inmóvil, a la espera, quizás insensata, de poder hablar con esos hombres que se aproximaban a caballo, pero inesperadamente recibió un fuerte empujón, y se golpeó la cabeza contra algo duro, por lo que perdió la consciencia sin lograr descubrir quién era aquella persona que había chocado con él.
-Querido amigo, estás metido en un buen lío. Todo lo que has hecho en los últimos tiempos no tiene perdón para apenas ningún ser humano, y tienes suerte de que te haya encontrado antes que ellos, pues me temo que no habrían tenido piedad. Un hombre como tú en una situación como esta debe resguardarse en un lugar seguro y recóndito si quiere evitar ser pasto de los gusanos.
Howard empezaba a recobrar la consciencia, mas había escuchado a la perfección lo que aquel extraño sujeto le dijo, y lo asimilaba mientras trataba de ensamblar las piezas de aquel inconcluso y enloquecedor rompecabezas.
-¿Quién eres? ¿Cómo sabes por lo que me buscan?- dijo Howard cuando reunió algo de fuerzas para articular palabra.

"Tregua" 13 de 365: nuestro libro

Repasemos nuestras líneas,
desvistamos lo vivido,
olvidando las heridas
Sin cerrar nuestro libro.

Sus hojas roba el tiempo;
tácito, se deja llevar
por la bulliciosa calle
de un delirio irracional.

"Tregua" 12 de 365: marcha inerme

¡Hola a todos! Aquí os traigo un poema que he hecho, cuyo título es "marcha inerme". Espero que os guste, ¡nos vemos!


Pasan severas las horas,
el tiempo no se detiene.
Pasan oscuras, ellas,
en su marcha inerme.

Transcurre el olvido
en el crudo corazón
del recuerdo perdido,
el que nunca dijo adiós.

"Tregua" 11 de 365: disculpas y letra de un tema

¡Hola a todos! en primer lugar, mis disculpas por no haber subido las entradas correspondientes a cada día, he estado sin internet, y esto ha sido un no parar. A lo largo del día de hoy y de mañana, a más tardar, subiré las treguas pendientes. Gracias y perdón de nuevo. Aquí os dejo la letra que he compuesto recientemente, se titula "y mañana..."


Siento en tu mirada
destellos del ayer,
y no... No puedes liberarte.

Con cada palabra
se clavan trozos de desdén
y condescendencia detestable.

Todas las grandes historias
nunca terminarán, solo escribirlas toca.
Esta angustiosa espera... ¡no puede durar más!

En verdad, no importa lo que vendrá,
pase lo que pase nuestro viaje continuará.
Y es mejor robar de tus labios una canción
que atender a palabras necias, de eso no me hables hoy.

Y mañana el sol brillará, lo demás que más da.
Y mañana el sol brillará, lo demás que más da.

martes, 10 de septiembre de 2013

"Tregua" 10 de 365: Howard Black (parte 1)

-No estábamos del todo seguro de que el experimento fuera a resultar exitoso, señor.
-¡Maldita sea, ese demente está por ahí fuera, y dadas las circunstancias puede suceder cualquier cosa!
-Le aseguro que en este momento estará asustado y desorientado, y no será un peligro.
-Eso espero, pues en caso contrario… ¡Más vale que recemos!

Mientras tanto, en una vetusta calle de Londres corría Howard Black, confuso por sus extraños recuerdos, recuerdos que su insistente dolor de cabeza apenas le permitía recordar. Entreveía ligeramente las luces que salían de las pequeñas ventanas de las viejas casas de aquel barrio, cuyos propietarios reposarían tranquilos tras un duro día, a diferencia de él, cuya falta de recuerdos le atormentaba tenazmente. Recordaba haber pasado meses encerrado, habiendo apenas comido, en una pequeña y fría celda, mas todavía su memoria no alcanzaba a vislumbrar el motivo de su encierro.

Cerca de allí había una pequeña taberna, y decidió acercarse y descansar, agotado por la agitación de las últimas horas. Una vez dentro, se aproximó al tabernero, y antes de que comenzara a hablar al dueño del establecimiento, éste palideció, y mientras una pátina de sudor le recorría la frente y Howard se sobrecogía, le rogó en voz baja que se fuera por donde había venido, antes de que tomara otras medidas. Salió presurosamente antes de que aquel hombre mediara otra palabra, y en ese preciso momento se dio cuenta de que comenzaba a anochecer, y que las calles se encontraban absolutamente vacías, excepto por varios hombres a caballos que se distinguían a lo lejos, cerca de las últimas casas de la zona. Se preguntó que qué sucedería, quiénes eran aquellos hombres, y sobre todo, si alguno de estos interrogantes estaría conectado con todo el tiempo en que estuvo cautivo en aquellas estancias, sumergido en las sombras y el miedo.

"Tregua" 9 de 365: guitarreo en La menor

¡Hola a todos! Os traigo la tregua que no pude publicar en el día de ayer por falta de tiempo, pues no estuve en todo el día en casa. En breve subiré la décima tregua. ¡Nos vemos!


Introducción de guitarra en la menor by Gabriel Fernández on Grooveshark



domingo, 8 de septiembre de 2013

"Tregua" 8 de 365: tu templo

Aquí os traigo la publicación correspondiente al día de hoy, 8 de septiembre de 2013, la octava tregua, un poema que he titulado "Tu templo". Espero que os guste, y disculpad mi pequeño desfase de entradas. ¡Hasta mañana!
 

Si pudiera escapar
huiría lejos de ti;
de tu locura letal,
la que nunca perdí

No soñaba con reír
ni lloraba por perder
aquello que nunca tuve,
pues jamás lo tendré

Un extraño aullido
se escucha en la tormenta,
golpea mi ventana
y araña mi conciencia

En el triste atardecer
de mis oscuros pensamientos,
no dudaste volver
Y erigiste tu templo.

Yerma noche sin luna
que transportas mis recuerdos,
me clavas tu cuchillo,
y no termina el cuento.

"Tregua" 7 de 365: las sendas de tu piel

¡Hola a todos! Lamento no haber podido subir la tregua correspondiente al día de ayer, tuve un concierto y no paré por casa, así que os dejo la letra de un blues, "Las sendas de tu piel". Espero que os guste, y hoy sí que subiré la octava tregua. ¡Nos vemos!


Largo tiempo he vagado
sin rumbo y sin destino.
La razón he olvidado
en este sin sentido.
                                
Y si he de naufragar, solo en tu isla
no en ningún otro lugar.

Y las cuerdas de mi alma
tensaste hasta reventar.
Tómalas, qué más da
son tuyas y de nadie más.

Y si he de naufragar, solo en tu isla,
no en ningún otro lugar.

En tus palabras me sumerjo
para no salir jamás.
Mientras sueñe despierto
no soñaré despertar.

Y solo quiero volver a recorrer
las sendas de tu piel.

Recorriendo tu interior,
jugando con las fibras de tu ser,
ahora siento el calor
inmerso en tu querer.

Y solo quiero volver a recorrer
las sendas de tu piel.


sábado, 7 de septiembre de 2013

"Tregua" 6 de 365: él

¡Hola a todos! en el día de hoy os traigo la tregua de ayer, que como estuve muy liado no tuve tiempo de subir nada. Ésta se trata de algo bastante especial, que es el primer relato de "terror" que escribí, y que no había subido todavía a ningún sitio. A lo largo de este día espero poder subir la publicación correspondiente al mismo, la séptima tregua. ¡Nos vemos!


Reconozco haber sido una persona superficial, frívola, acostumbrada a toda clase de comodidades y placeres, cuál fiel aprendiz de esperpénticos valores sociales desde mi niñez inculcados. No obstante, he conseguido cuanto he querido, pese a mi carácter lánguido y poco idealista, manteniendo una vida reposada y pacífica. Claro que todo ello fue antes de que… él llegara.

Imagino que todos ustedes se sentirán sorprendidos por mi dramatismo; es lógico. Pero lo que a continuación les voy a relatar, no merece una menor atención, y les confieso que la angustia que me produce todo ello hace que sudor y tinta se abracen en estas letras que están leyendo. Me dispongo, pues, a contarles mis singular experiencia; todos ustedes merecen más que nadie conocerlas.

Desde que iba a la escuela, fui un buen estudiante, con bastantes amigos, y una vida tranquila y sosegada es la que tuve todos esos años. Tras estudiar en la universidad, me decidí a buscar trabajo. Pero entonces llegó.

No recuerdo aún la primera experiencia que tuve, pero mi memoria todavía me brinda el conocimiento de que todo ello sobrevino gradualmente, como una gota de lluvia viaja por un vidrio una tarde de domingo lluviosa, congregando a más amigas, para perderse y diluirse tras su recorrido fatal.

¡Ojalá, óiganme todos, ojala el mal que se cernía sobre mi espíritu se hubiera diluido en la tierra cuál nuestra inocente gota de lluvia!

Como les dije, solía ser una persona hasta cierto punto enemiga molestias y quehaceres con esfuerzo y sacrificio implícitos. Qué gracioso resulta, pues todo cambió cuando él se adentró en mí, cual semilla se interna en la tierra, envenenándola con sus raíces demoníacas.
En un principio, pensé que se trataría de un insignificante virus, o pequeña enfermedad. ¿Qué fácil resulta tranquilizar a nuestra conciencia, huir al oasis del autoengaño y la sugestión, escondiéndonos de los demonios de nuestra realidad, no creen?

Pero sabía que no era así. No resultaba una sensación equiparable a cualquiera que hubiera experimentado cualquiera de ustedes o yo, anteriormente. Consistía en algo ajeno al dolor físico o psicológico: cómo, deteniéndose las agujas del reloj, nacía un sutil y continuado estallido dentro de mí, haciéndome sentir cómo docenas de arañas recorrían mi interior, con sus patas impregnadas en un veneno más letal que cualquier mortífera solución que puedan conocer.

Pensarán todos ustedes, como es natural, que a medida que ampliaba la magnitud de esta infección infernal, tuve que tratar, en algún momento, de buscar ayuda. ¡Cuán afortunado hubiera sido pues, amigos míos!

No podía hacerlo. No se trataba de vergüenza, o de que no creyera que fueran capaces de ayudarme. Él no me dejaba. Desde la más profunda cueva de mi alma, una terrible maldición doblegaba a mi espíritu, que me impedía pedir cualquier ayuda. Cada vez que me afectaban estas horribles sacudidas de las que les he hablado, mi figura humana no reaccionaba físicamente: continuaba haciendo toda labor o tarea en la que me encontrase inmerso. En todos y cada uno de estos episodios, mi cuerpo seguía obrando como un autómata, y no podía expresar ningún gesto de contrariedad, ni desahogar el sufrimiento que oprimía mi ser: él me lo impedía. Hubiera preferido cualquier tortura, por sanguinaria y cruel que fuera, que todo aquello por lo que pasaba; me hallaba en una celda en la que mi desesperación no podía ser exteriorizada, ni podía hablar con nadie de todo aquello.

En verdad, es curioso... No recuerdo nada de lo que he hecho ahí fuera recientemente; sé que he estado allí, cual títere actuando bajo un macabro guión.

Pero en todo momento he sido sentido esa horrible sensación;  cómo, deteniéndose las agujas del reloj, nacía un sutil y continuado estallido dentro de mí, haciéndome sentir cómo docenas de arañas recorrían mi interior, con sus patas impregnadas en un veneno más letal que cualquier mortífera solución que puedan conocer.

Sin embargo, hemos llegado un punto en el que hay algo que todos ustedes se preguntan, o deberían preguntarse, en todo caso.
¿Cómo es posible que me halle escribiendo estas líneas, habiendo perdido de manera tan truculenta todo control sobre mi persona física?

Quizás piensen que, por fin, haya logrado vencer a este terrorífico mal que recorría mis entrañas. Lamento informarles de que no es así.

Estas líneas han sido escritas por la más macabra y terrorífica esencia que haya podido sobrevenir dentro de cualquier ser, que a modo de grotesco intérprete, ha robado y transcrito los sentimientos y vivencias de su cautivo, yo, funesto títere, sometido al más desesperante y enloquecedor uso de mi cuerpo, burlado ahora, viendo como él, el opresor de mi espíritu, firma con mi propio puño este relato.

jueves, 5 de septiembre de 2013

"Tregua" 5 de 365: el liberador (parte 2)

¡Hola a todos! en el día de hoy os traigo la segunda y "en principio" última parte de "el liberador", con el desenlace del relato y una pequeña guía sobre cómo conseguir entretener a la gente sin dar información aparentemente relevante sobre ningún tema o materia que pudiese tener interés para tales personas, lo cuál es francamente curioso, ¿no creéis?
Bromas aparte, ahí tenéis la continuación del relato. ¡Hasta mañana!


"Recuerdo cuando trabajábamos juntos, Evans. Éramos los mejores médicos de la ciudad, y tratábamos de ayudar desinteresadamente a todos los obreros destrozados por las penurias de las fábricas a recuperar o a combatir la pérdida de su salud. Éramos apasionados y vehementes con nuestro trabajo, y nos oponíamos radicalmente a la vida de esclavos con la que condenaban los dueños de las factorías a sus trabajadores.

Parece que fue ayer cuando aquel partimos hacia aquellos parajes desconocidos por el ser humano, en busca de un elixir que permitiera a los jornaleros no perder prematuramente su salud. Aquel viejo manuscrito que encontramos en nuestra correspondencia sin un remitente señalado en él, nos guió hacia el lugar exacto, una cripta donde según se nos indicó se hallaba el antídoto contra una vida de trabajo desproporcionado y extremo sacrificio físico. Mas cuando descendimos al lugar solo había una pila de agua, cristalina y pura, lo cual resultó extraño. Me rogaste que te esperara fuera de allí, y yo, asustado obedecí. Cuando volviste, me dijiste que no había sucedido nada, y que el agua que se encontraba allí no era ningún tipo de antídoto, ni mucho menos de veneno.

Pero ahora, he llegado aquí para contarte la verdad. Porque aquello que bebiste era el remedio que buscábamos, mas no operó en el sentido que esperábamos. Cuando fui conocedor de los asesinatos que se habían cometido, irracionalmente vinculé todo ello a nuestra expedición a tierras desconocidas, y volví a la cripta solo, siquiera sin saber qué esperaba encontrarme. Cuando descendí, no me encontré la pila de agua, sino un pergamino arrugado, que a continuación voy a leer:

-Ahora la maldición se ha desplegado sobre la ciudad: el hombre que ha bebido de esta agua ha quedado marcado para siempre. Nuestro destino era el mismo: salvar a los hombres de su inmunda existencia. Yo he posibilitado que él culmine la tarea. La verdadera revelación del ser humano será dejar libre y voluntariamente que la muerte se cierna sobre él, pues en este mundo solo cabe el dolor y el sufrimiento. Mientras el hombre no descubra la carencia de virtud de su propia condición, asigno a mi liberador, Evans Tyler,  el cometido de destruir la mísera vida humana y entregar a los afortunados que se rediman de sus cadenas la eternidad, en un lugar mejor más allá de este sino de tormentos-."

Cuando terminó de hablar, ambos cruzaron las miradas sin mediar palabra, y en aquel breve instante intercambiaron todo lo que no pueden expresar las palabras. Aquella carta había sido escrito por algo que huía del débil entendimiento de la razón: el ser de ultratumba que los había reunido aquella noche a ambos para llevárselos, para mostrar al liberador su cargo antes llevárselo para siempre, estaba allí con ellos, y así lo percibieron durante aquellos silenciosos segundos antes de que fueran consumidos por las llamas que envolvieron la casa Tyler.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

"Tregua" 4 de 365: el liberador (parte 1)

Una extraña historia viaja por las calles de la ciudad, transportada entre susurros. Los hombres temerosos se resisten a escucharla, amedrentados por la barbarie que se esconde tras ella. Había oído hablar del monstruo que perpetraba crímenes atroces, un individuo despiadado cuya expectación y leyenda había surgido de que nadie podía haber encontrado ni la más mínima pista o rastro de sus fechorías; mas se sabe que la superstición y sugestión distorsionan en gran medida la realidad.

Yo no formaba parte de aquel grupo de crédulos, y hasta el momento aquellas terribles muertes no me quitaban el sueño. Mi hogar era seguro y nadie podía entrar por su propia cuenta. Pero aún así, me hallaba preocupado por la inmundicia y pestilencia en la que vivían los lugareños: tenía que librarles de aquel tormento. Quería repartir alegría y felicidad entre todos ellos, darles una libertad con la que nadie los había dotado.

Las clases altas, en su elitismo y avaricia despiadada, tenían esclavizados a la mayor parte de los habitantes de la ciudad en sus fábricas, sin apenas descanso. Muchos de ellos habían muerto con las manos llenas de hollín, y siquiera podían permitirse honras fúnebres dignas. Yo, con mi conocimiento, era el adecuado para librarles de todo ello, para dotarles de una existencia completa y armoniosa.

Más en ese momento, un ruido sordo interrumpió mis cavilaciones. Se había producido abajo, en el salón, por lo que, inquieto, me levanté de la cama y comencé a bajar lentamente las escaleras, agachado, escrutando qué o quién había entrado, por raro que se me pudiese antojar, en las estancias de mi hogar. Pude darme cuenta de que, sentado en mi sillón, de espaldas a mí, había alguien, y este hombre, con voz cortante y fría me dijo que me acercara. Descendí lentamente por las escaleras, y me quedé absorto y conmocionado cuando comenzó a hablarme, sin levantarse ni girarse.

martes, 3 de septiembre de 2013

"Tregua" 3 de 365: improvisación de guitarra y fotos peculiares

¡Hola a todos! En el día de hoy os traigo una improvisación grabada con dos pistas de guitarra, y un par de fotos que saqué hace unos años en la isla de Lanzarote, del jardín de un hombre que lo tenía adornado con figuras que había fabricado con objetos obtenidos de la basura y deshechos, y que es cuanto menos singular. ¡Hasta mañana!

Improvisación Blues by Gabriel Fernández on Grooveshark



lunes, 2 de septiembre de 2013

"Tregua" 2 de 365: ¿hay algo ahí fuera?

Hola a todos, en el día de hoy os ofrezco la segunda tregua a la tediosa rutina, publicando un escrito que he titulado "¿hay algo ahí fuera?". Espero que os guste y ante todo os transmita algo. ¡Hasta mañana!


¿Qué es mi reflejo sino un laberinto repleto de anhelos y desilusiones, una cárcel que encierra el rugido de la desazón, el callejón sin salida de mi arrogancia, el hogar de los más míseros despropósitos,  la sombra que aprisiona mis delirios? ¿Qué son mis pisadas sino un barco naufragando en la tempestad, un recuerdo que se desvanece en nuestras ensoñaciones, una fantasía encerrada en el libro más oculto de nuestras estanterías, los versos que se esfuman en las hojas rotas del apasionado poeta?

¿Qué son mis palabras sino la tela que cubre un decrépito cuadro, las ventanas por las que se asoma mi sinrazón, las velas que iluminan el más oscuro rincón de las estancias de mis reflexiones, el fin de mis peores pesadillas y el comienzo de todas ellas? ¿Qué somos más que un cúmulo de quimeras, un raído y constante recordatorio de imperfección y egoísmo, un extraño y repentino estallido de miedo incontrolable hacia lo desconocido, el fin de nuestras peores pesadillas, y el comienzo de todas ellas?

domingo, 1 de septiembre de 2013

"Tregua" 1 de 365: rememorando tiempos pasados

Buenas noches, en esta primera publicación del proyecto diario que he comenzado voy a dejar constancia de un poema que escribí hace varios años, cuando todavía era más crío, si cabe, por lo que ello puede servir de pretexto por mi parte para justificar lo injustificable, si se tercia. Un saludo, nos vemos mañana!


El triste soñador
que mira a la ciudad,
ya no encuentra el calor
que le ayudaba a luchar.

Encerrado en su habitación
pasaban yermas las horas
y todavía recuerda su corazón
aquellas bellas historias.

Solo él quiso vivir
como le dijo su corazón;
ahora ha de sufrir
¡mas nunca fue un error!

Nuevo proyecto: publicar una "tregua" diaria

¡Hola a todos! Tras algo más de un mes sin escribir, vuelvo a realizar otra entrada hoy, a uno de septiembre de 2013, para anunciar un proyecto que pretendo llevar a cabo a lo largo de todos los días de un año. Éste consiste en que suba diariamente a este blog una publicación de diverso contenido, ya fuere literario, musical... En todo caso, material original mío. Lo que aspiro a conseguir con ello, es que tanto yo como vosotros podamos disfrutar, en el mejor de los casos, de una "tregua" diaria a la constante guerra que se libra en el transcurso de la rutina de nuestras vidas y que en tantas ocasiones llega a colapsar a todos.

Mi principal pretensión es poder transmitir algo con asiduidad por esta vía que pueda servir a cualquier persona para desatascarse de la tediosa realidad y evadirse de todo lo que le rodea, aunque sea durante unos segundos. Cuando me refiero a cualquier persona, me incluyo a mi mismo, pues mi objetivo principal no será llegar al máximo de personas, aunque sea algo deseable desde luego, pues entonces me dedicaría a otros menesteres. Por lo tanto, esta tarea será algo muy personal y desde luego gratificante, por lo que espero poder estar a la altura de lo que este reto se merece.

¡Un saludo!

P.D.: En todo momento soy consciente de que el humorista Loulogio ha sido el precusor de la idea de subir, en su caso, un vídeo diario durante 365 días, y es más; ha sido con ello con lo que ha surgido mi idea. Si alguien lo considera un plagio o algo similar, lamento disentir con él, pues considero que tomar este modo de difusión diaria de información durante un año es simplemente el resultado de la influencia positiva de la idea de Loulogio a la hora de realizar y distribuir el trabajo personal.