martes, 28 de enero de 2014

"Tregua" 145 de 365: el destierro de la ficción

Olviden esta farsa, que no es
más que una enredadera de engaños,
tragicomedia sobre el mundo al revés,
mil títeres guiados por sus amos.

No recuerden que algún día hubo sed
de venganza en la sala del teatro
donde todos hubieron de saber
que a la ficción, al fin, desterraron.


viernes, 24 de enero de 2014

"Tregua" 144 de 365: ingrata soledad

Qué es esta ingrata soledad
que me arroja mis bajezas
más que mi divo reflejo,
más que una tosca corteza.

Qué esta angustia intranquila
que cada día me apresa
más que un cuento inacabado,
más que cuerdas que se tensan

cuando las afina la escarcha
que invade mi pensamiento,
siempre denso, siempre cruento,
siempre hirviendo en arrogancia.

Qué esta quietud inerme;
que todo ante mí se escapa...
¿Cómo la piel se desprende
del cuerpo que la rechaza?

"Tregua" 143 de 365: Sebastián

No les voy a contar una historia de un inmueble que sufrió, tiempo atrás, un incendio, y por el cual vagan los espectros de aquellos que murieron en él aquel aciago día, ni siquiera la de aquella novia que adquirió a un precio muy asequible un vestido para su ceremonia... Hoy les voy a narrar las experiencias que vivió un hombre llamado Sebastián. No me extenderé en mi relato, seré conciso y no me detendré apenas en detalles. Sebastián era una persona adulta a la cual le costaba relacionarse con las personas de su entorno, dado que sufría un extrañísimo delirio caracterizado por una total distorsión en sus capacidades de reconocimiento facial, pudiendo confundir a familiares y amigos con verdaderos "extraños", por la dificultad sobrevenida de acumular recuerdos periódicos sobre un determinado individuo.

Sebastián fue ingresado en un centro especializado desde el momento que surgió la afección, para poder conservar cierta calidad de vida. Pero unas desvergonzadas personas irrumpieron un día en el edificio en que se hallaba, y lo llevaron, sedado, a un lugar que ellos mismos habían construido, para saciar sus crueles ansias de divertimento. Aquel lugar era un intrincado laberinto en el que hubiera desesperado hasta el hombre más sosegado. Y allí, presa de un ataque de pánico, Sebastián vagó durante... ¿Quien sabe? horas, días...

Los individuos que habían introducido a Sebastián entre aquellas enloquecedoras paredes, presa de los remordimientos, entraron en el laberinto para sacar al desgraciado secuestrado de aquel lugar, mas fueron lo suficientemente incautos como para no asegurarse de portar consigo algún documento que les mostrase la salida de aquel lugar. Y no tardaron en darse cuenta de que aquello que ellos mismos habían erigido los engullía por momentos, mientras avanzaban apresuradamente buscando al desgraciado Sebastián. No llegó el momento en que alguien descubriera la cruenta obra que se había levantado en aquellos sótanos ocultos, hasta, quizás, varios siglos después, cuando demolieron una anciana construcción, y entre los escombros, se pudieron hallar restos de huesos. Posteriormente se concretó que tales huesos eran humanos, y que podían haber yacido allí durante siglos. ¡Ah! olvidé señalarles que las paredes del laberinto estaban forradas con espejos irrompibles. ¡Disculpen tan improcedente omisión!

"Tregua" 142 de 365: fortaleza de madera y metal (poema completo)

El viento surca, imparable, el océano,
mientras este barco iza sus velas ajadas;
y entonces una cortina de bruma, cual pétalos
que envuelven a una misteriosa flor, nos abraza.

De pronto, olas perfilan este oscuro manto
sitiando nuestra fortaleza de madera y metal,
pero éste bastión no engrosará este camposanto;
este navío no será engullido por el mar.

Las centelleantes embestidas de Neptuno
no rubricarán un aciago final de nuestro viaje,
el cielo teñido de relámpagos desnudos
no se oscurecerá por siempre para el navegante.

No cabe oración alguna ante un astuto rival
que guía a sus huestes, ejército con hambre
de devastación; ya seas tú, tempestad,
ya sean los tentáculos de seres infames.

Tus cantos de sirena no me embelesan ya,
a tus insondables simas no volveré a temer,
el viento que acaricia tus escamas no me ha de derribar
y ante las fauces de bestias que te surcan, venceré.

¡Colmillos del Leviatán que me persigue, volved
a las infinitas aguas que os han de custodiar!
¡Mi arpón atravesará vuestras paredes de hiel,
mi sangre y alma se fundirán en ti, dios del mar!

"Tregua" 141 de 365: fortalez de madera y metal (parte 2)

El viento surca, imparable, el océano,
mientras este barco iza sus velas ajadas;
y entonces una cortina de bruma, cual pétalos
que envuelven a una misteriosa flor, nos abraza.

De pronto, olas perfilan este oscuro manto
sitiando nuestra fortaleza de madera y metal,
pero éste bastión no engrosará este camposanto;
este navío no será engullido por el mar.

Las centelleantes embestidas de Neptuno
no rubricarán un aciago final de nuestro viaje,
el cielo teñido de relámpagos desnudos
no se oscurecerá por siempre para el navegante.

No cabe oración alguna ante un astuto rival
que guía a sus huestes, ejército con hambre
de devastación; ya seas tú, tempestad,
ya sean los tentáculos de seres infames.

lunes, 20 de enero de 2014

"Tregua" 140 de 365: fortaleza de madera y metal (parte 1)

El viento surca, imparable, el océano,
mientras este barco iza sus velas ajadas;
y entonces una cortina de bruma, cual pétalos
que envuelven a una misteriosa flor, nos abraza.

De pronto, olas perfilan este oscuro manto
sitiando nuestra fortaleza de madera y metal,
pero éste bastión no engrosará este camposanto;
este navío no será engullido por el mar.

"Tregua" 139 de 365: temores incandescentes

¡Atento, juicio impertérrito
a los insumisos vaivenes
de los egos más acérrimos!

¡Cuidado, alma comedida,
con el influjo vehemente
de inconciliables heridas!

¡Teme, valentía rebelde,
a la acometida imprevista
de temores incandescentes,

de delirios que son perennes,
y aunque en tu fuego ardían
de nuevo ante ti están presentes!

sábado, 18 de enero de 2014

"Tregua" 138 de 365: el más hondo abismo

Vacié mi historia
en medio suspiro,
rompí mi memoria
en mil añicos.
Agoté las horas
que encierra el olvido,
pinté con la brocha
del tiempo extinguido
mis ratos a solas
con el espejismo
de un rostro que evoca
el más hondo abismo.

viernes, 17 de enero de 2014

"Tregua" 137 de 365: el Hades del espejo

Tras meses destilando el cielo
en una rima disonante,
me haces bajar de nuevo al suelo,
postrándome ante el Hades
que veo a través del espejo.

Esta pluma con la que antes
firmé por ti total apego
ahora es mundano aquelarre
de demonios que llevo dentro...
¡Y en su hoguera nuestro tiempo arde!

"Tregua"136 de 365: un olvidado traqueteo (parte 1)

Un olvidado traqueteo
no me hará recordar pasajes
de nuestro enterrado "te quiero",
bajo el peso de un "ya es tarde".

Nunca entenderé tu insistencia
en vestir mantos que no cubren,
en cerrar toda puerta abierta
aunque sus llaves no perduren.

miércoles, 15 de enero de 2014

"Tregua" 135 de 365: alma carcomida

Eres, de calma, cementerio,
estrago de alma carcomida,
pues mi cinismo torna espeso
cuando ha de masticar heridas.

Este remiendo desgastado
no hará menos viejo a mi traje.
Este incendio sin entusiasmo
no abrasará nuestro disparate.

Este ángel no regresa al cielo,
este pesar ya no suplica.
Este valle no es de lágrimas;
tampoco esta cena la última.

martes, 14 de enero de 2014

"Tregua" 134 de 365: un indigno concurso

No aborrezco al resurgido
majadero, cuando pervierte
lo que siquiera ha vivido
¡Otros podrían desmerecerle!

No me enerva, aquí, el llanto
de aquellos que piensan someter
a los que caminan descalzos:
son otros quienes les dan poder.

Masas aletargadas; vaho
de frío gregarismo, rebeldes
a aceptar que son ganado
de la ignorancia más inerte.

Jurado de indigno concurso,
sus elecciones se comprenden
cuando prefieren que intrusos
sean, por ellos, los que piensen.

domingo, 12 de enero de 2014

"Tregua" 133 de 365: ya no estamos en el mismo barco (parte 1 y 2)

Ya que estas yermas paredes
atrapan mil y un sucesos,
no esperaré a que me encierren;
¿o acaso es que su cemento
exuda exquisitas mieles?
Sepan que éstas vivieron
todo de cuanto depende
aquel mísero descenso;
más allá de lo que exceden
otros indeseables miedos.
Suerte de fe inconsciente,
el brazo que tiendes, siento;
nunca pude conocerte
exento de decaimiento.
¡Largo de aquí, larva indemne:
mientras yo me recupero,
intenta que no despierte!
¡saliva de sufrimiento,
memez en que el tiempo inviertes,
ocultando algún tormento
bien sepultado en ti, siempre!
Arrebatará al silencio,
raudo, un final que atente 
contra sus etéreos cuentos:
¡O quizás nunca se enteren!

"Tregua" 132 de 365: ya no estamos en el mismo barco (parte 1)

Ya que estas yermas paredes
atrapan mil y un sucesos,
no esperaré a que me encierren;
¿o acaso es que su cemento
exuda exquisitas mieles?
Sepan que éstas vivieron
todo de cuanto depende
aquel mísero descenso;
más allá de lo que exceden
otros indeseables miedos.
Suerte de fe inconsciente,
el brazo que tiendes, siento;
nunca pude conocerte
exento de decaimiento.

sábado, 11 de enero de 2014

"Tregua" 131 de 365: ¿qué ocurrirá?

Poco hay que decir
cuando estás solo
y piensas que así
han de estar todos.
Poco sé escuchar
cuando me escondo
en arduos "tic tac";
son los esbozos
que hacen tiritar
mi frágil verdad,
que llevo a hombros,
que he de cargar
ante tu asombro.
Vasos sin fondo
que han de recodar
quién es escombro
del "¿qué ocurrirá?";
dónde hay trasfondo
y dónde no lo hay.

viernes, 10 de enero de 2014

Ilustración de "marcha inerme"

¡Hola a todos! aquí os dejo un poema que escribí hace unos meses, titulado, "marcha inerme" con una ilustración que una amiga ha hecho recientemente, y a quien agradezco enormemente su gran trabajo. Espero que os guste, éste es el blog donde sube sus ilustraciones, pinturas y demás labores, ¡os lo recomiendo encarecidamente! ¡Saludos!



Pasan severas las horas,
el tiempo no se detiene.
Pasan oscuras, ellas,
en su marcha inerme.

Transcurre el olvido
en el crudo corazón
del recuerdo perdido,
el que nunca dijo adiós.

"Tregua" 130 de 365: incierto presente

¿Se distingue el cielo bajo el fondo abismal
de mi insumiso delirio hacia tus huesos?
dinamita que al tiempo hace explosionar;
criatura en simbiosis con mi intelecto.

Bestia indomable a la que siempre temeré,
atraviesas la memoria y sus fronteras.
Cuando más cerca te hayamos de tener,
te consumirás, cual llama de una vela.

jueves, 9 de enero de 2014

"Tregua" 129 de 365: apagamiento

Tu cabello, ya en la penumbra
se embellece, impasible
al ser envuelto en negrura;
mas tus rasgos se desdibujan
cuando mi raciocinio embiste
a cuanto un sentimiento aúna.

Si tu pupila se desnuda
cuando anochece en  las febriles
calles de la nostalgia muda,
¿podré seguirte con premura
antes de que un frío tabique
me encierre en la inercia más burda?

¿Qué se yo sobre mente alguna,
si la que detento prescinde
de responder cualquier pregunta?
¿Qué sé yo sobre alma alguna,
cuando la que por mí escribe
sólo me proporciona dudas?

miércoles, 8 de enero de 2014

"Tregua" 128 de 365: un legado inmortal (parte 1 y 2)

Léeme en cada página
que forjé durante años,
cuando mis raíces creaban
todo lo que te he entregado.

Hojea toda palabra
en la que me hallo impregnado,
contempla mi propia tapa;
sustituye ahora a mi tallo.

De ti el tiempo ya no escapa
cuando me hallo entre tus manos,
verdad, mentira; o ambas
puedo contener, recalco.

Las dudas de mentes sanas
viviendo un mundo infectado,
con letras en mis entrañas
me habrán inmortalizado.

"Tregua" 128 de 365: un legado inmortal (parte 1)

Léeme en cada página,
que forjé durante años,
cuando mis raíces creaban
todo lo que te he entregado.

Hojea toda palabra
en la que me hallo impregnado,
contempla mi propia tapa;
sustituye ahora a mi tallo.

martes, 7 de enero de 2014

"Tregua" 127 de 365: mi flota (parte 1 y 2)

Venció tu voz a las olas,
y no se hundió nuestro barco.
Armé de valor mi flota
y cañones dispararon
proyectiles sin pólvora,
que estallaron en pedazos
contra tu piel, firme roca
que en mí causa siempre estragos.

Soledad, tristeza invocas
cuando eres el itinerario
con el que el tedio ahoga,
pero el mañana es presagio
de cuanto a mí me conforta,
y yo lo estaré esperando
desde aquí y desde ahora.

lunes, 6 de enero de 2014

"Tregua" 126 de 365: mi flota (parte 1)

Venció tu voz a las olas,
y no se hundió nuestro barco.
Armé de valor mi flota
y cañones dispararon
proyectiles sin pólvora,
que estallaron en pedazos
contra tu piel, firme roca
que en mí causa siempre estragos.

domingo, 5 de enero de 2014

"Tregua" 125 de 365: eres tú

Eres tú
quien mece al sombrío sentimiento,
quien postra nubes ante el cielo azul,
quien ama cual agrio escarmiento.

Eres tú
quien doblega al tenaz pensamiento,
quien crea oscuridad en la ígnea luz,
a quien se odia y ama al mismo tiempo.

Eres tú,
de cruda sinrazón, sortilegio,
de deseo irrefrenable, alud;
un elixir que torna en veneno.

"Tregua" 124 de 365: anochecer en la ensenada

Anochece en la ensenada
y el agua aguarda, tibia,
a, otra vez, ser custodiada
por la perenne vigía
de todas sus criaturas,
pues camina por la orilla,
atacando con premura
aquel que cualquier daño aflija
a la ancestral espesura;
a la mítica guarida
donde los siglos perduran
intactos, en su huida.
No cuestionen su bravura,
ni al agua y su ira,
pues hasta a la roca más dura
convierte en arena fina.

jueves, 2 de enero de 2014

"Tregua" 123 de 365: el fin de los finales

Se fractura la tierra, violentamente,
cuando un seísmo la sacude en sus cimientos,
y es entonces cuando el fuego de ella emerge
con ira que fue ocultada bajo el suelo;
aquella que muchos trataron de eludir
aunque a todos ellos les llegó el momento
de redimir su culpa, pues creo que al fin
se acabó el terror del hombre, y su tiempo.