viernes, 24 de enero de 2014

"Tregua" 141 de 365: fortalez de madera y metal (parte 2)

El viento surca, imparable, el océano,
mientras este barco iza sus velas ajadas;
y entonces una cortina de bruma, cual pétalos
que envuelven a una misteriosa flor, nos abraza.

De pronto, olas perfilan este oscuro manto
sitiando nuestra fortaleza de madera y metal,
pero éste bastión no engrosará este camposanto;
este navío no será engullido por el mar.

Las centelleantes embestidas de Neptuno
no rubricarán un aciago final de nuestro viaje,
el cielo teñido de relámpagos desnudos
no se oscurecerá por siempre para el navegante.

No cabe oración alguna ante un astuto rival
que guía a sus huestes, ejército con hambre
de devastación; ya seas tú, tempestad,
ya sean los tentáculos de seres infames.

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