viernes, 24 de enero de 2014

"Tregua" 142 de 365: fortaleza de madera y metal (poema completo)

El viento surca, imparable, el océano,
mientras este barco iza sus velas ajadas;
y entonces una cortina de bruma, cual pétalos
que envuelven a una misteriosa flor, nos abraza.

De pronto, olas perfilan este oscuro manto
sitiando nuestra fortaleza de madera y metal,
pero éste bastión no engrosará este camposanto;
este navío no será engullido por el mar.

Las centelleantes embestidas de Neptuno
no rubricarán un aciago final de nuestro viaje,
el cielo teñido de relámpagos desnudos
no se oscurecerá por siempre para el navegante.

No cabe oración alguna ante un astuto rival
que guía a sus huestes, ejército con hambre
de devastación; ya seas tú, tempestad,
ya sean los tentáculos de seres infames.

Tus cantos de sirena no me embelesan ya,
a tus insondables simas no volveré a temer,
el viento que acaricia tus escamas no me ha de derribar
y ante las fauces de bestias que te surcan, venceré.

¡Colmillos del Leviatán que me persigue, volved
a las infinitas aguas que os han de custodiar!
¡Mi arpón atravesará vuestras paredes de hiel,
mi sangre y alma se fundirán en ti, dios del mar!

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