domingo, 12 de enero de 2014

"Tregua" 133 de 365: ya no estamos en el mismo barco (parte 1 y 2)

Ya que estas yermas paredes
atrapan mil y un sucesos,
no esperaré a que me encierren;
¿o acaso es que su cemento
exuda exquisitas mieles?
Sepan que éstas vivieron
todo de cuanto depende
aquel mísero descenso;
más allá de lo que exceden
otros indeseables miedos.
Suerte de fe inconsciente,
el brazo que tiendes, siento;
nunca pude conocerte
exento de decaimiento.
¡Largo de aquí, larva indemne:
mientras yo me recupero,
intenta que no despierte!
¡saliva de sufrimiento,
memez en que el tiempo inviertes,
ocultando algún tormento
bien sepultado en ti, siempre!
Arrebatará al silencio,
raudo, un final que atente 
contra sus etéreos cuentos:
¡O quizás nunca se enteren!

No hay comentarios:

Publicar un comentario