Toma en tu legado esta súplica
y concédeme un último deseo
antes de aquí plasmar mi rúbrica
y quitarme este engañoso velo.
Agarro aquellos granos de arena
en mi puño que antaño huyeron.
Hoy cautivos, no podrán escapar
de tus puñaladas a destiempo.
Mas pronto volverá a amanecer
Y retomaré mi crudo encierro.
¿No me concederías descender
a tus valles teñidos de negro?
Donde nada es lo que parece ser,
y nada parece ser más bello
que el irreal recuerdo que una vez
poseí cual soñador su sueño.
Espero que esos recuerdos perdidos sean de nuevo tu presente.
ResponderEliminarY que como cualquier soñador que se precie, sigas anhelando tus sueños.