¡Cómo repercute el abismo de tus ojos
en mi descenso a la ruin rutina!
¡Ahora vendes al olvido mis trozos,
cuando nunca dije que te los cedía!
Todos queremos, a veces, sentirnos solos:
¡y cuando ello sucede a todos se nos olvida!
Cuando unos labios saben a poco;
¿Por qué abrigarnos con frías mentiras?
No hay comentarios:
Publicar un comentario