Mira hacia delante,
como si este día fuera, en verdad,
el último en que hubieras de despertar.
Derrota al dolor
que recubre tus limitaciones,
que alimenta a todos tus temores.
Mira hacia adelante,
como si estas palabras fueran tú,
y ellas fueran fuente de virtud.
Hazlo
cada vez que se oscurezca tu norte,
siempre que se ennegrezca tu nombre.
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