Cautivo de tu perenne inmovilidad,
te contemplo desde mi efímera situación;
me consumiré hasta que haya de expirar
mi tenue rastro, la última línea de mí guión.
Mientras tanto permanecerás, inmune
a los años, discurriendo ante nosotros;
alma máter que la vida siempre alude,
vítreo lienzo que cobija todo rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario