¡Vuela, ave lejana,
a donde no te vean,
a donde no se empañen
tus alas, tan viajeras!
¡Huye del craso engaño,
de nuestro mundo irreal,
aunque quede a desmano,
de momento, aterrizar!
¡Bajo este toldo aciago,
qué nos queda por pensar
más que vivir en vano
o morir por libertad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario