Estira su zarpa,
la presa se agacha.
Respira con miedo:
le absorbe el silencio
que late, que estalla,
tirando murallas,
rompiendo su anhelo
de encontrar consuelo;
de llegar al alba
sin piel desgarrada.
Como en un desierto
de escarcha, es eco
que se desparrama
tras rutina insana,
bajo firmes credos:
picando en su cebo.
Estira su zarpa,
la presa se agacha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario