No te tengo
en mis incisivos amaneceres,
en cada torbellino de afectos;
siquiera en el feudo de mis temores,
siquiera en las ascuas de mis errores.
No te tengo
ante el "siempre" y sus "a veces",
ante mis fieros remordimientos,
y mientras, mi vigilia desmiente
a cuanto el sentido común advierte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario