Verso,
tú que me encierras en tus adentros,
tú que a la vez conjugas orden y azar,
quizás te busquemos por despecho,
quizás por pura necesidad.
Cauce de aquello que queda lejos,
espejismo de firme eternidad;
a día de hoy aún no te comprendo,
y ya sin ti nada podría soportar.
Verso,
créame en tus raíces de nuevo,
cubre a esta entelequia de realidad,
como yo te aferro en el deceso
de raídos conceptos, del bien y el mal.
Apaga la medianía y su velo,
extiende tu rastro de espontaneidad
sobre estas líneas, sobre esta vida;
sobre esta obra con incierto final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario