Triste estampa se cierne ante mí;
como una lágrima por verter,
el silencio me ha de consumir
en el momento en que pierda la fe.
Antes de ello, solo he de decir:
poco vale ganar o perder
si tu único color es el gris,
si el miedo te atrapa otra vez.
¡En el ojo del huracán, sí,
cárcel en que he de permanecer;
habré de recordar qué viví,
aunque no pueda calmar mi sed!
No hay comentarios:
Publicar un comentario