Los últimos granos de arena
resbalan por el sinuoso cristal
y el tiempo que huye, ya no espera
a que puedas llegar hasta el final.
a que puedas llegar hasta el final.
Cada instante ante ti se rebela
y te abandona, sin mirar atrás.
Los segundos ni se dan vuelta
cuando del reloj los ves escapar;
se esfuman, cual llama de una vela
que se consume en la oscuridad,
como un águila que, veloz, vuela
y que ya no podremos alcanzar.
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